Los güireños conocen ya que la novela Entre habanos trancurre en la tabaquería Montero de su pueblo. Lo supieron primero vox pupuli, de persona a persona, gracias a las redes sociales que cada día ganan terreno en Cuba. Luego, el canal Güira TV dio la noticia de la presentación allí de la obra, a cargo de su autor. El resultado: lleno total.
«Qué suerte la mía poder compartir con los guireños mi novela Entre habanos. Gracias a los organizadores, a las instituciones que me abrieron las puertas, a los amigos y conocidos que hicieron un alto en sus labores y me acompañaron», dijo Roque García a sus coterráneos.
«Qué gozo tener como público a mi gente de Güira de Melena, donde transcurre mi novela Entre habanos! Esta presentación, sin quitarle el mérito a las anteriores en otros puntos de la geografía cubana y en el mundo, reviste para mi la emoción nunca antes sentida, al ver tomar vida a los personajes», dijo emocionado Juan Carlos Roque.

«Gracias mil a las decenas de guireños que me arroparon; al repentista Renito Fuentes, que me tocó el corazón con su improvisación; a Hernán Yglesias, por la presentación de lujo que hizo de Entre habanos; a Nilma Ravelo Cabrera, directora del Museo Municipal de Güira de Melena por el apoyo; a la tabaquera que torció tabacos mientras presentabamos el libro, a la dirección de la Fábrica Montero por la colaboración; a la Galería de Güira por acogerme y a Güira TV por cubrir este momento inolvidable. Gracias mi tierra por permitirme estar junto a los míos».
Entre habanos es ya el fresco del que habla Reinaldo Cedeño Pineda en el prólogo y los guireños comienzan a descubrir sus colores. Gracias al artista plástico Joel Rodriguez por tallar para mí el nombre de mi calle Luz (avenida 95), donde empecé a teclear en aquella máquina de escribir que me abrió las puertas al conocimiento y a la escritura.

El patio de la institución cultural resultó pequeño para acoger a los interesados en el libro que ya circula en formato digital, y se lee en la tabaquería «José Manuel Seguí». Una semana después, el autor obsequió al lector Arian Rámírez y los torcedores guireños un ejemplar en papel, y hasta les leyó un fragmento de la obra.
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