Dra. Olga Portuondo Zúñiga


Dra. Olga Portuondo Zúñiga
(Camagüey, Cuba, 1944).
Doctora en Ciencias Históricas. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Oriente, 2021. Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba. Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cuba. Premio Nacional de Historia, 2003.
Premio Nacional de Investigación, 2006.
Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, 2010. Orden Alejo Carpentier, 2021. Orden Carlos J. Finlay de Investigación, 2021. Académica de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba. Se le dedicó la Feria Internacional del Libro de Cuba, 2015. Su vasta obra publicada ha merecido innumerables premios y elogios nacionales e internacionales.
Reinaldo Cedeño Pineda
REINALDO CEDEÑO PINEDA (Santiago de Cuba, 1968), es periodista, poeta, narrador y promotor cultural. Miembro de la UNEAC. Premio Hermanos Loynaz (2011), Regino Pedroso (2014) y Delia Carrera (2017) de poesía. Premio Nacional de Periodismo Cultural. Fue redactor jefe de la sección cultural del periódico Sierra Maestra y director de Ediciones Caserón. Recibió el Premio Periódico Patria, la Placa José María Heredia y la Distinción Quijote Negro. Ha publicado los cuadernos de poemas Los corderos alzan la vista, Poemas del lente y La abeja libando. Es realizador de Radio Siboney, emisora especializada en temas culturales

Todos sus libros publicados con Roque Libros están disponibles en Amazon.
Gladys Pérez (Cuba, 1947)


Gladys Pérez (Cuba, 1947).
Periodista, documentalista, escritora y fotógrafa.
De 1977 a 1993, trabajó como periodista de la emisora nacional Radio Progreso. Su experiencia en este medio fue como guionista, realizadora, productora, y directora de programas informativos. Tuvo a su cargo durante diez años el programa documental: Gente como tú.
Fue profesora principal de la Cátedra de Radio de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Habana (1986-1993).
Fue por siete años profesora de los talleres radiofónicos en Ciespal,Quito, Ecuador.
Desde 1995 y hasta su retiro, trabajó para la agencia de publicidad: Zubi Advertising, EE. UU.
Zenovio Hernández Pavón (Báguano, Holguín, 1959).

Licenciado en Medios de Comunicación por el ISA y Máster en Desarrollo Cultural Comunitario por la Universidad de Las Tunas.
Vetto Alejandro Valdés (Güira de Melena, Cuba, 1983)


Vetto Alejandro Valdés Hernández
(1 de agosto de 1983)
Matriculó, no de total voluntad, en la Escuela Vocacional de Arte Juan Pablo Duarte en su natal Güira de Melena. Sin embargo, una vez allí encontró una amiga incondicional en la guitarra. Desde entonces lo acompaña y más tarde la perfeccionó bajo la guía de eminentes maestros.
Cary Nimia Rodríguez Tudela (La Habana, 1958)
Rosa María Fernández Sofía (Palma Soriano, Cuba 1963). Escritora y periodista graduada de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Oriente (1986).
Sandra Mirabal Jean-Claude (Puerto Príncipe, 1951). Clarinetista y cantante residente en Holanda.
Katiuska Ramos Moreira (Santiago de Cuba, 1967)



Rogelio Ramos Domínguez (Santiago de Cuba, 1972)



Arnoldo Fernández Verdecia (Contramaestre, 1971) y Antonio Isaac Hechavarría (Palma Soriano, 1975)



Moraima Betancourt Revilla (Santiago de Cuba, 1966)



Jaknine Domínguez (La Habana, 1966)



Radomil Morejón Duque (Cuba, 1956)



Andy Rumbaut (La Habana, 1986)



María Genith Pereira(Tumaco, Nariño, Colombia, 1963)



Gloria Muñoz (Santo Domingo, Villa Clara, Cuba, 1955)



Alberto T. Rodríguez Acuña (Cuba, 1950)



Alicia Elizundia (Cuba, 1961)



Jose Manuel Santamaría Pau (Valencia, España, 1950)


Dra. Idania Núñez La O (Guantánamo, Cuba, 1955)

Odalis Beatriz Díaz López (Santa Clara, Cuba, 1964)

Aída Liliana Morales Tejeda (Santiago de Cuba, 1967)

Haydée León Moya (Guantánamo, Cuba, 1963)

Dr. Juan L. Ravelo, Santiago de Cuba, 1951)

Acabo de leer Cartas de una madre, de mi amigo periodista Juan Carlos Roque, un proyecto periodístico radial que ha terminado en libro. Me ha gustado. Para mí, como madre dividida, igual que Olga y tantas y tantas, como nosotras, ha resultado fuerte. Es la historia escrita, que no pensamos hacer nunca, pero Olga la hizo, contra viento y marea, es el día a día de una madre que decidió, seguir con su hijo, codo a codo, hasta su final, el de ella. Yo que viví esa etapa, me resulta un tanto triste, leer lo que nos tocó y hoy nos toca, porque ha cambiado poco el panorama en mi país. Por otra parte, me doy cuenta, que con Cartas de una madre, caigo, en todo lo pasado y que increíblemente, no nos dábamos cuenta, de la vida que se iba en ese torbellino consciente-inconsciente, en el que hemos estado los cubanos.
Este libro ha sido para mí sorprendente, es sencillo, claro, es Olga su vida día a día, sus problemas, sus alegrías, su amor a sus hijos, su continuidad, después que ya no está, el ejemplo de una generación con educación, cultura, y luchando para sacar la familia adelante, una madre como todas, los hijos y la familia por encima de todo.
Juanca, te felicito, por encontrarte con Olga Villegas y realizar un trabajo tan bonito y enseñarnos la belleza enérgica de lo cotidiano.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mayda, qué buena reseña del libro. Gracias por transmitir los sentimientos experimentados durante su lectura. Ya veo que te has puesto en la piel de Olga. Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Acabo de leer el libro. Las últimas páginas entre lágrimas. A continuación escuché el audio y por último visioné el video, porque no quería separarme aún de Olga Villegas. No es una anciana que cuenta sus achaques y visitas al médico, es una persona con una fortaleza de espíritu y una educación, cuya actitud ante la vida debería servirnos de inspiración a todos. Este libro es también un pedacito de historia de la Cuba de hoy, de la que nos ha tocado vivir. Y sobre todo un merecido homenaje a esa gran señora. Gracias y felicidades por este trabajo, Juan Carlos Roque.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Olga Martínez Mir por este comentario que agradezco en nombre de Olga y su hijo Frank Leon. Si el libro ha dejado en ti esa sensación es porque se trata de una historia de vida. El mundo está necesitado de que nos compartamos expriencias como estas.
Como bien dices, se trata de una madre que no pedía nada y que amaba a su familia por encima de cualquier circunstancia. Y eso la hace muy especial. Ojalá que otras personas se animen a leerlo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una historia conmovedora que me ha enamorado de Olga Villegas: una gran madre, una gran mujer, una gran persona. Muchas gracias a Juan Carlos Roque por haberse dado cuenta de que Olga es también una escritora auténtica, capaz de retratar personajes (miembros de su familia o amigos) cuyas peripecias seguimos con interés de una carta a otra, de expresar pensamientos y sentimientos en un estilo propio, de reflejar la dura realidad de Cuba desde la perspectiva de un ciudadano común y corriente. De las cartas que Olga escribió a su hijo exiliado he aprendido mucho más cosas de Cuba que de mil artículos o estudios de periodistas o analistas. Pude ver semejanzas y diferencias con la Rumania de la época de Ceausescu. Igual que en Cuba tuvimos libretas de alimentos, un teléfono compartido con los vecinos de todo un edificio, las permutas de una casa a otra, pero también es cierto que había mucho menos libertad. Una madre de aquí no habría podido escribir a su hijo exiliado cartas con tantos detalles de la vida diaria, tampoco habría podido escuchar emisoras de radio extranjeras por onda corta porque era considerado un delito contra la seguridad nacional. Lo hacíamos pero a escondidas. Quiero decir con esto que es un libro que puede interesar a mucha más gente que a los cubanos. Muchas gracias también al hijo de Olga, Frank León, por haber aceptado compartir con nostros las cartas de su madre cuyo destinatario somos ahora todos los lectores.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Idania Núñez La O
7 de marzio de 2022. 11.30pm
La lectura del libro, desde el principio me motivó, en primer lugar, la madre de las cartas se llama Olga, igual que la mía, que murió el 26 de Julio del año 1993, justamente el día en que Fidel Castro anunció la despenalización del dólar.
Olga desde la soledad y la intimidad de las cartas a su hijo, una cada semana, durante 15 años, pone al descubierto las heridas en los que se quedan y las problemáticas que enfrenta. Olga vive sola, aunque tiene otro hijo que la atiende y se ocupa de sus necesidades.
Las cartas fueron su compañía y su refugio, conversa con su hijo en cada una de ellas, reitera y se da cuenta. Con singular maestría describe sus rutinas diarias, no esconde nada, con humildad habla de las carencias, los obstáculos que tiene que enfrentar, sus dolores, añoranzas, recuerdos, deseos, preocupaciones y valoraciones de la realidad. También le habla de la vida de los que quedaron, para mantener la conexión familiar. Detalla sobre su otro hijo; la labor que realiza, las afectaciones, los impuestos. La vida de sus nietos, sobrinos y la familia en general. La ayuda económica que recibe de su hijo en Cuba y de su hermana que vive en Venezuela. Es una conversación fluida para que se sienta presente.
Siente la necesidad de aconsejar como madre, las enseñanzas están en cada carta. Insiste en los valores morales, la importancia de hacer lo que desea, cuidarse de los problemas, cuidar la salud, prepararse para la vejez , cuidar de su esposa, visitar a su padre y a su madrastra que viven en Estados Unidos.
La autora de las cartas a pesar de ser una costurera, con predisposición para las artes manuales, demuestra una cultura general integral, evidenciada, en la redacción de los textos, la nitidez de las letras y el manejo de ideas de grandes personalidades históricas; escritores, políticos, artistas entre otros. Lee mucho y disfruta en ocasiones de la TV
La pasión de Olga por la radio es evidente, es su compañía y el medio por excelencia que usa para informarse, estar actualizada y conectarse con el mundo lo que le permite conformarse una visión de la situación general en Cuba y el Mundo (Venezuela, Estados Unidos, España). Refiere los hechos que ocurren en esos países, con valoraciones coherentes, asume criterios prácticos. No solo escucha las Emisoras Nacionales sino las de otros países, por onda corta.
Disfruté la lectura, se aborda una problemática actual con sus matices, es un derecho humano emigrar, pero es preciso prepararse para ello y asumir las consecuencias.
Gracias Roque por acercarme a esa conmovedora historia de una cubana, que ama a su país, a su barrio y a su familia. Una anciana que con valentía y optimismo asumió la separación de su hijo y buscó mecanismos para mantener el vínculo afectivo y hacerlo sentir cerca.
Me gustaLe gusta a 1 persona